El mito de la seguridad

Hace poco empecé a guardar mis libros y me encontré con el curso de marketing de Dan Kennedy.

Me encontré con una de las cosas que nunca he olvidado y que me ha hecho buscar siempre mejorar, sin importar lo mal o bien que vayan las cosas.

Volví a leer una de esas partes que para mí se ha convertido en una creencia desde entonces y dura hasta hoy.

Hablaba de la falacia de la seguridad.

Seguridad personal, seguridad financiera, seguridad empresarial, en definitiva, seguridad.

La seguridad no existe.

Me habló de los atentados del 11 de septiembre de 2001, de las guerras mundiales y me recordó la caída de grandes imperios, como el griego con Alejandro Magno, el romano, el bizantino y tantos otros que se derrumbaron a lo largo de la historia.

A continuación, informa al mundo empresarial:

Un día la gente se siente segura con sus inversiones en una determinada empresa o grupo de empresas... y al día siguiente (gracias a Enron, Global, Adelphia, etc.) no tienen nada.

Me quedé pensando en el paralelismo de la gente que invirtió en bancos que quebraron como el Nacional, Bamerindus, Santos y otros.

Es una situación que pensamos que nunca ocurrirá, pero ocurre.

Aunque la historia demuestra que nada es seguro, la gente sigue buscando esa sensación de "ya está, ahora estoy a salvo". ¿Quién recuerda la confiscación bancaria de 1990, el plan Collor? Los ahorros de toda la vida fueron confiscados. De todos.

¿Podrían estas personas imaginar que un presidente recientemente elegido democráticamente actuaría de esta manera? ¿Podrían imaginarse que empresas gigantescas, que salen todos los días en los medios de comunicación como ejemplos de gestión y solidez, en las que invierten sus ahorros, están dirigidas por gente sin escrúpulos? Nunca imaginarían, aunque los acontecimientos de la historia lo digan, que esto fuera posible. No es probable, pero sí posible.

¿Se acuerdan de Mappin, Mesbla, Lojas Centro y tantos otros... más recientemente del grupo X del empresario Eike Batista, que hace pocos años era el séptimo hombre más rico del mundo según Forbes?

Nadie crea una empresa pensando en romperla. No es algo que esté en el plan. Lo emprendes y tratas de establecerte. En realidad, controlas muy poco el curso de tu futuro, porque depende de muchos factores en los que nada puede interferir.

Abres una panadería en una calle muy concurrida. Creces y contratas gente. Invierte en nuevos restaurantes. Compras maquinaria. Usted negocia los contratos de suministro. Luego, en un solo día, todo se derrumba: La acera frente a su tienda principal se cerrará a los peatones para las reparaciones estructurales del sistema de alcantarillado. Una obra que durará 6 meses, además del olor a podrido que dejará en el entorno. Su negocio con las empanadas ha terminado.

Esta "catástrofe" me ocurrió en mi primera empresa, que procesaba lana. Mi principal proveedor decidió invertir en el mismo proceso que yo, y dejó de enviar las sobras a mi empresa. Me arruiné al instante.

Hace poco vi cómo una empresa que vendía suplementos vitamínicos en línea era expulsada de los anuncios de Facebook y se arruinaba de la noche a la mañana, ya que dependía exclusivamente de este canal para generar tráfico de clientes a su tienda online.

De todos modos, el punto es:

No hay "seguridad" y nunca la ha habido en ninguna actividad humana y en ningún aspecto de la vida.

Los imperios se derrumbaron. Las empresas consideradas como "islas de excelencia" han quebrado. Los trabajos "intocables" desaparecen en pocos minutos.

No hay seguridad y nunca la habrá.

La única seguridad con la que puedes contar es tu capacidad de producir.

Si Dios te mantiene con tus facultades mentales intactas, entonces considera esto, como tu principal activo productor.

El mandamiento creo que es:

"Debes establecer tu vida en torno a un compromiso muy serio para mantener, mejorar y fortalecer tu propia capacidad de producir, porque, en realidad, es lo único que tienes y con lo que puedes contar. Todo lo que te rodea, todo lo que has acumulado, invertido, confiado, puede desaparecer en un abrir y cerrar de ojos".

Hay innumerables ejemplos de personas que han dado la vuelta, abandonando literalmente el suelo en el que se encontraban, para retomar su vida y el camino de la felicidad, utilizando únicamente esta habilidad: Producir.

He mencionado la felicidad, sí. Existe.

En un estudio realizado por Harvard, los científicos observaron a las personas desde la adolescencia hasta la muerte (el estudio comenzó en 1938) y llegaron a conclusiones sorprendentes sobre la felicidad.

En definitiva, lo que cuenta son las experiencias, el afecto humano y una sencilla filosofía de vida (Busque "Daniel Kahneman" y "Los buenos genes son agradables, pero la alegría es mejor" de Harvard)

Pero ese es un tema para otro día.

Mi punto es: creamos en nuestra capacidad productiva.

Es el único bien que no perece, nadie lo toma. Sólo Dios.

Stavros Frangoulidis
Stavros Frangoulidis
CEO da PaP Solutions ⚡ Vamos conectar também no Linkedin

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