Suma de pequeños logros

En el camino hacia la consecución de tus objetivos, habrá periodos de incertidumbre.

Difícilmente un emprendedor, empresario o ejecutivo de ventas atraviesa indemne períodos de gran inestabilidad, lo que pone en peligro todo, desde la estrategia hasta la confianza en sí mismo.

Pero si te paras a pensarlo, siempre ha sido así. No hay tranquilidad para los empresarios.

Esta es una máxima que hemos creado para construir nuestro homérico y heroico legado de sangre, sudor y lágrimas.

Lo contrario es encontrar un cuadrante cómodo en la vida y ver cómo se marchita con los años.

Así conseguirás la "tranquilidad".

Pero si eres un emprendedor, tienes una picazón en las tripas que te impulsa a seguir adelante, sin importar las condiciones técnicas, operativas, emocionales, psicológicas, etc. Sigues actuando hacia lo que te propones.

Una forma de mitigar los baches en el camino es establecer hitos y tratarlos como pequeños logros.

A partir de entonces tendrá implícito en su sistema un mecanismo que busca y valora estos pequeños logros, cuya suma total es un sólido activo de legado que puede y seguramente le servirá durante años.

Y más importante que establecer los pequeños logros y tratarlos así es asignarles pequeñas celebraciones en forma de recompensas y un poco de indulgencia.

Yo lo ejemplifico.

Supongamos que su objetivo es duplicar el tamaño de su empresa en un año.

Ganas 1 millón y ahora tu objetivo es ganar 2 millones.

Supongamos que tiene 20 clientes activos y que su objetivo es llegar a 50 clientes activos. Para ello, triplicará el volumen de su actividad comercial.

Habrá tres veces más contactos, tres veces más reuniones, tres veces más propuestas, etc.

Bien hasta ahora. Sobre el papel.

Ahora bien, ¿cómo encajar este nuevo volumen en una agenda ya repleta? Repleto de compromisos profesionales y personales, todos ellos importantes e inevitables.

Poco a poco vas abriendo cuñas, te ciñes a nuevas rutinas, amplías tu carga de trabajo, renuncias a las cosas no tan importantes y aprietas las tareas en plazos más pequeños.

Y tú empiezas...

¿Está de acuerdo en que los resultados no llegarán inmediatamente? ¿Al menos nada lo suficientemente cercano como para recompensar el estrés que te has impuesto para lograr tus objetivos?

Literalmente, te sorprendes trabajando mucho más, invirtiendo mucho más y con los resultados apenas asomando en el horizonte.

Así que hay que crear hitos de logro que digan: "Oye, estás en el camino, ¡cierto! Paremos un poco y vayamos a celebrarlo, amigo".

Este sencillo mecanismo eliminará el 80% de la presión para obtener resultados concretos.

Las cosas buenas, los logros que realmente valen la pena y tienen un valor real no se consiguen fácilmente. Llevan tiempo.

Conozco vidas que tardaron 30 años en dejar un verdadero legado. Conozco historias de vidas que tardaron dos o tres generaciones en dejar un verdadero legado.

Construir algo de valor, ya sea un producto, una empresa, un estudio, una tesis, un proceso industrial, una carrera, lo que quiera definir como su objetivo, requiere tiempo, paciencia y una fuerte inversión emocional.

No tener esta visión de la vida es aprovechar las oportunidades, capitalizar y buscar palancas que den resultados inmediatos. Serán frágiles y prácticamente insostenibles porque nacen de una confluencia de factores imponderables, no replicables y no escalables.

El cortoplacismo es fatal para generar valor real.

¿Cómo quieres que tus tataranietos hablen de ti?

Un ladrillo hoy. Otro ladrillo mañana. Otro pasado mañana. Y así sucesivamente. Construirás lo que soñaste, sólidamente. Esa es la suma de sus pequeñas conquistas.

No sólo dejarás un legado, sino un ejemplo.

Cuando trato con empresarios, mi conexión es inmediata. Somos exactamente de la misma tribu. Sé y siento y paso por lo que ellos pasan: La gran incertidumbre.

Por eso tengo el máximo respeto. No tengo nada en contra de otras formas de vivir la vida.

Pero el empresario, es mi socio.

He impartido cursos presenciales sobre prospección B2B a más de 2.300 personas.

En las salas, con entre 30 y 50 personas, la conexión fue inmediata. En pocas horas todo el mundo estaba intercambiando correos electrónicos, whatsapp's y el ambiente de confraternización era inmenso y se formó muy rápidamente.

Es sencillo saber por qué.

Todos somos de la misma tribu. Uno sabe exactamente por lo que está pasando el otro. La identificación es inmediata.

Por eso también estás aquí leyendo este texto. Tú eres parte de ella.

Así que, sigamos adelante.

Compruébalo. No hablo sólo por mí: brindo por cada pequeño logro.

Es un signo de gratitud y un mensaje de "estamos en el buen camino". Todos necesitamos estos pequeños empujones en un viaje de logros reales.

Stavros Frangoulidis
Stavros Frangoulidis
CEO da PaP Solutions ⚡ Vamos conectar também no Linkedin

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